jueves, 25 de julio de 2024

HELICOIDE/REUTILIZACION ADAPTIVA/DIRK BORNHORST+PEDRO NEUBERGER/ARTICULO

 

1. El Helicoide: Centro Ambiental de Venezuela.

Cuando en otras tres ocasiones desde estas páginas hemos tocado el “tema Helicoide”, hemos tenido ocasión de mostrar la manera en que la impactante y monumental estructura siempre ha estado en la mente de quienes, desde funciones de gobierno, han buscado aprovecharla tan pronto cesó su construcción en 1961 tras haber alcanzado el 90% de avance. Desde su concepción inicial como “Centro Comercial y Exposición de Industrias”, hasta la oprobiosa y contradictoria función “penitenciaria-judicial-educacional” que alberga el día de hoy, se ha buscado destinarlo a una llamativa diversidad de usos, unos con mayor y otros con menor nivel de concreción tanto proyectual como constructiva, pero todos con igual nivel de fracaso y frustración en cuanto a su feliz finalización.

2. Izquierda: El Portachuelo visto desde la Roca Tarpeya, lugar donde se construirá El Helicoide. Derecha: Vista aérea de El Helicoide en plena construcción.
3. Vista aérea de El Helicoide (c.1985).

Sólo a modo de repaso, recordemos que El Helicoide fue una iniciativa de carácter privado que tuvo en el arquitecto Jorge Romero Gutiérrez su principal ideólogo y promotor, siendo acompañado en la ejecución del proyecto por los también arquitectos Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger. Según los datos aparecidos en la revista Integral (otra iniciativa de Romero) en su nº 5, diciembre 1956, El Helicoide se gesta tras la idea de tallar un pequeño cerro denominado la Roca Tarpeya, ubicado al sureste del casco central de Caracas (sector El Portachuelo), de 101.940 m2 de los cuales 29.192 m2 se destinaron a vías y espacios verdes, y el resto 72.748 m2 a su construcción, siendo 46.715 de ellos dedicados a locales comerciales y exposición de industrias, 8.445 a bienes comunes y 17.588 “a la construcción actual o futura de entrepisos o mezaninas en los locales que sobrepasen el 50% computables”. Además, existían 17.000 m2 destinados a estacionamientos y aceras cubiertas. En resumen, la edificación se ubicó en el 50% del área del lote y se construyó con base en el 100% de su superficie.

Finalizado el proyecto en 1956 se inicia su construcción en 1957 con el capital producto de la preventa inicial de sus espacios, y luego de cuatro años de trabajos ininterrumpidos, El Helicoide se paraliza definitivamente una vez que se ralentiza el ritmo de la obra en 1958 con la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, y no logran cristalizar las múltiples negociaciones entre los promotores, el Gobierno Nacional y los entes económicos financistas.

4. En 1979 el Helicoide pasó a convertirse en «refugio provisional» para damnificados por las lluvias, siendo hacinadas casi 10.000 personas dentro de contenedores en sus rampas, pernoctando 3 años sin las más elementales condiciones.

Asociado equivocadamente a la dictadura perezjimenista, la cual no colocó ni un céntimo en su desarrollo, pero se benefició de su imagen de avanzada y de su sorprendente audacia, aquello que se consideró desde entonces como un “elefante blanco”, empezó tan temprano como 1966 a servir de refugio a damnificados causados por las lluvias, situación que se repitió en 1971 con la colocación de viviendas tipo trailers y se agudizó entre 1979 y 1982 cuando la estructura llegó a estar ocupada por 1.860 familias y unas 9.300 personas.

Entretanto, en 1969 el MOP propone sustituir el uso comercial original del Helicoide por oficinas públicas, centro de estudios y adiestramiento del IVSS y del INCE. En 1971 se presenta la posibilidad de convertirlo o bien en el Centro Nacional de la Cultura, que agruparía todas las instituciones y escuelas de arte dispersas por la capital, o bien en un centro industrial formado por pequeñas industrias y exhibiciones. De 1972 es la fugaz idea, manifestada por la Dirección Nacional de Identificación y Extranjería, de convertir El Helicoide en un centro que prestara servicios de migración y de convertirlo en un terminal de salida de pasajeros que viajarían por avión desde Maiquetía.

5. Propuesta de la Oficina de Arquitectura Oscar R. Tenreiro Degwitz. El Helicoide sería la sede de la Biblioteca Nacional, el Archivo General de la Nación, la Imprenta Nacional, el Museo de Historia y el Museo de la Ciencia y de la Técnica.

En 1971, a solicitud del Centro Simón Bolívar, la Oficina de Arquitectura Oscar R. Tenreiro Degwitz propone El Helicoide como sede para la Biblioteca Nacional a la cual se sumarán el Archivo General de la Nación, la Imprenta Nacional, el Museo de Historia y el Museo de la Ciencia y de la Técnica. Se programan las necesidades de todas las instituciones (las de los museos prácticamente se inventan), se presentan hasta tres ideas para lograrlo, y se avanza en el desarrollo de una cuarta llegándose a niveles de anteproyecto. Esta iniciativa, una de las más completas de las que se han presentado para rescatar el polémico edificio, fue interrumpida por el nuevo gobierno electo luego de las elecciones de 1973.

6. «Nuevo Helicoide Caracas». Grupo Tekto (Carlos Celis Cepero y Ana Teresa Caraballo-Gramko de Celis Cepero).

En 1975 mediante Decreto de expropiación se autoriza al recién creado Instituto Nacional de la Vivienda (INAVI) la adquisición de los bienes afectados y se encarga el proyecto “Nuevo Helicoide Caracas” al Grupo Tekto (Carlos Celis Cepero y Ana Teresa Caraballo-Gramko de Celis Cepero), quienes solicitan la asesoría de los autores del proyecto original y proponen mantener el uso inicial de centro comercial, ampliando los porcentajes de construcción a cien mil metros cuadrados incorporando un gran hotel en forma de torre cilíndrica y otros cuerpos rentables. De 1977 es la idea que contemplaba la creación del Centro Latinoamericano para la Investigación del Arte y la Cultura con su respectiva galería de arte, talleres, biblioteca y salas de conferencia contando con un complejo de plazas y bulevares representativos de la identidad venezolana, en la que participaron de nuevo Carlos Celis Cepero y Ana Teresa Caraballo-Gramko de Celis Cepero ahora acompañados de un grupo de importantes artistas plásticos. En 1981 se anuncia que el edificio sería convertido al año siguiente en un majestuoso mercado donde también habría helipuerto y restaurantes y en 1982 se propuso convertirlo en la sede del Congreso Nacional.

Pero no es sino hasta 1982 que El Helicoide llega a ser desalojado completamente en seis meses gracias a la presión ejercida por el “Comité de rescate del Helicoide”, luego “Proyecto Helicoide”, coordinado por Sonia Miquilena de Cárdenas, quien propone convertirlo en una “ciudadela cultural”. Entregado en comodato a la Gobernación del Distrito Federal, en 1983 se anuncia la construcción de la primera etapa de dicha “ciudadela” (proyectada por el arquitecto Ralph Erminy), lográndose sólo rescatar y ubicar en su lugar el domo geodésico de Buckminster Fuller (almacenado en cajas desde 1957) para albergar actividades culturales.

Acto seguido, una comisión presidencial después de sesudos estudios recomienda desarrollar el lugar en cuatro etapas: 1) Centro de documentación, información, exhibición y facturación de la industria nacional; 2) Edificio de estacionamientos y servicios; 3) Centro profesional empresarial; 4) Hotel de 500 habitaciones.

En 1984 aparece la propuesta de parte de Guillermo Frontado, Enrique Larrañaga, Nury Bofill, Alicia Vila y David Gouverneur de convertir al Helicoide en un digno monumento funerario, destinado a los héroes nacionales que deben partir del Panteón pero que no pueden reposar junto al común de los mortales en el Cementerio General del Sur, siendo ese el mejor uso a bajo costo que, según los proponentes, podría dársele.

Y, finalmente, en 1985 se vuelve a proclamar por la prensa que “por primera vez en los últimos 27 años El Helicoide tiene un destino cierto y definido”. Mindur (Ministerio del Desarrollo Urbano) en una clara demostración de falta de planificación, puso en servicio sus primeras instalaciones rescatadas, destinándolas a ser la sede de la sección de motorizados de la Disip y, también, apresuraba “los trámites para dar cabida allí a dependencias de la Marina, Universidad Nacional Abierta, Cámara Agrícola, Bandesir, y algunas instituciones sin fines de lucro (…) Además tendrá albergue la Biblioteca del Ministerio de la Defensa (…) Mindur adelanta conversaciones con Fundarte con el objeto de entregarle la cúpula del Helicoide a fin de que administre y organice allí eventos artísticos y culturales para el público en general”. Lo único cierto es que el 10 de septiembre de 1986, El Helicoide es adjudicado por 15 años a la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención DISIP (SEBIN desde 2010).

7. Los arquitectos Julio Coll y Jorge Castillo (izquierda) y el equipo que participó en el proyecto dentro del Taller JC-JC (derecha).
8. Consideraciones iniciales tomadas en cuenta para la conceptualización del proyecto.

En tales condiciones surgirá la que quizás sea la propuesta que logró contar con un planteamiento realmente sólido en cuanto al origen, desarrollo y destino final del Helicoide y la que más lejos llegó en cuanto a su cristalización: su conversión en el Centro Ambiental de Venezuela, sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR).

Estrenándose la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, que debía transcurrir entre 1989 y 1994, el ingeniero Enrique Colmenares Finol, designado como Ministro del Ambiente, recibe la orden de desalojar el edificio Camejo del Centro Simón Bolívar donde funcionaba la mitad de la entidad (incluida la Dirección de Cartografía Nacional), ya que se requería el inmueble para completar el Palacio de Justicia. Es en ese momento que el propio presidente Pérez propone ubicar Cartografía Nacional en El Helicoide lo cual permitirá a Colmenares Finol percatarse de que en el edificio podría funcionar no sólo Cartografía sino todo el Ministerio.

La posibilidad de pensar la obra en función de albergar el que en su momento fue un organismo como el MARNR, pionero en América Latina, que en 1977 (durante el primer gobierno de Pérez y con Arnoldo José Gabaldón a la cabeza), fue creado a partir de la fusión de la Dirección General de Recursos Hidráulicos del MOP y la Dirección General de Recursos Naturales del Ministerio de Agricultura y Cría, para “garantizar una mejor calidad de vida, mediante la gestión ambiental transversal, rectora, ejecutora y normativa, del uso y conservación de los recursos naturales promoviendo la participación de la sociedad para lograr el desarrollo sostenible”, va tomando cuerpo.

Por otra coincidencia, el ministro entra en contacto con los arquitectos Julio Coll y Jorge Castillo (egresados de la UCV en 1960 y 1959, respectivamente), quienes proyectaban para el ente gubernamental la remodelación de la Torre Sur del Centro Simón Bolívar y, al pedírseles su opinión, entregan en 15 días un informe evaluativo que planteaba la absoluta posibilidad de ubicar el MARNR en El Helicoide. La idea de considerar el proyecto como el Centro Ambiental de Venezuela y ofrecerle al “gigante dormido” la oportunidad de convertirse en punto de partida de lo que podía ser la recuperación ambiental de Caracas, muy pronto empezó a transformarse en un proyecto ambicioso que contempló un plan de renovación urbana y saneamiento que incluía todo el entorno incorporando al Jardín Botánico, previendo, además, las mejores condiciones laborales para los 12.000 funcionarios que integraban las Direcciones Generales Sectoriales de Servicios Autónomos de Geografía y Cartografía Nacional, Investigación, Conservación de Suelos, Aguas y Vegetación, Agencia de la Cuenca del Rio Tuy, la Administración y Servicios Pro-Fauna, así como el Despacho del Ministro y sus dependencias auxiliares.

9. Plan de inversiones para la remodelación y acondicionamiento del Helicoide, del cual se llegó a ejecutar más de las tres cuartas partes.

Jorge Castillo, en entrevista aparecida dentro de la publicación “El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables”, editada en 1993, cuando los avances de la obra eran importantes y todo apuntaba a su exitosa finalización, expresó cómo en 1990, “sin tardanzas empezaron los planes de acción. Había que distribuir esa cantidad de oficinas en disposiciones espaciales lógicas, por vínculos y relaciones, de acuerdo al abultado organigrama del Ministerio. De seguido, el Plan Maestro 1991, 1992 y finalmente el Plan 1993. En total 85.000 m2 existentes, luego de agregarle 27.000 m2 en mezzaninas para llegar al metraje requerido”, para concluir: “en la actualidad el proyecto es prácticamente irreversible, porque ya estamos construyendo”. Para aquel momento solo quedaba por realizar el Plan Maestro 1994, que contemplaba el diseño y construcción de obras anexas, llegando con ello el Centro Ambiental de Venezuela a completar en total 139.000 m2 de construcción.

10. Criterios generales propuestos para el proyecto paisajístico y de condicionamiento ambiental interno.
11. Criterios generales propuestos para el proyecto de señalización.

Teniendo como premisa fundamental la calidad ambiental en todas y cada una de las decisiones que se fueron tomando, el proyecto de arquitectura incluyó como parte muy importante la correspondiente al tratamiento paisajístico (a cargo de Eduardo Robles Piquer y Pedro Vallone), sobre el que empezó a descansar el cambio de lectura exterior (inspirada en la imagen arquetípica de los jardines escalonados y colgantes de Babilonia) de un edificio que siempre fue visto como una mole de concreto de la que poco sabía sobre su destino el ciudadano común, gracias a la integración de la vegetación a la vialidad interna del complejo.

También se tuvo especial cuidado en toda la señalización (proyecto del diseñador Iván Castillo) que debía enfrentar el reto de orientar de manera fácil al usuario y al visitante dentro de una estructura extendida poco profunda que no facilitaba el reconocimiento espacial desde su interior.

Coll y Castillo, arquitectos proyectistas y cabezas visibles del Taller JC-JC, conformaron un equipo con 60 profesionales interdisciplinarios y técnicos, bajo la coordinación de proyectos de Alexandra Englert y la asesoría de Jorge Romero Gutiérrez.

12. Estado de avance que presentaban las obras para el momento de su interrupción.

Como parte de la mala fortuna que a través del tiempo ha acompañado a El Helicoide, el plan a cuatro años presentado por Coll y Castillo para llevar adelante  las obras de remodelación y acondicionamiento del edificio y sus alrededores, a concluirse en 1994, se topó con las accidentadas condiciones políticas que atravesó el segundo período presidencial de Carlos Andrés Pérez (dos golpes militares en 1992 y separación del cargo tras su enjuiciamiento en mayo de 1993), lo cual, pese al empeño que quienes continuaron la gestión de Colmenares Finol después de junio de 1993, se convirtió en una carga muy dura de sobrellevar, quedando muchas de las obras concluidas pero sin que ninguna mudanza se hiciera efectiva, ni siquiera la de Cartografía Nacional, que aún hoy se encuentra en los espacios cuya solicitud de desocupación dio origen hace más de 30 años a todo el proyecto. Valga añadir como otro inconveniente no menor la permanente reticencia de los funcionarios de MARNR a cambiar sus condiciones de trabajo originales por otras dentro de una zona de la ciudad que no contaba con las mejores conexiones ni de transporte ni de seguridad.

Tras las elecciones de finales de 1993 ganadas por Rafael Caldera en medio de una importante crisis política y financiera, el proyecto se engavetó y lo realizado fue aprovechado en la medida de los posible por los sucesivos ocupantes del edificio, mostrando hoy niveles muy altos de descuido y falta de mantenimiento.

La sugerente frase pronunciada por Colmenares Finol que rezaba: “Por los alrededores del Helicoide empezó el deterioro urbano ambiental de Caracas, y por ahí debe empezar su recuperación” quedó como otro sueño que acompañará al “elefante blanco” en su desdichada historia.

13. Portada de la publicación “El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables”, editada en 1993

Nota

Esta reseña sólo ha sido posible elaborarla gracias a la consulta hecha a la completa publicación “El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables”, editada en 1993 bajo la coordinación general y diseño del diseñador gráfico Iván Castillo y un amplio equipo de colaboradores, e impresa por Jaspe Editores.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13. El Helicoide. Renovación Urbana, Nuevo Símbolo para Caracas. Centro Ambiental de Venezuela. Sede del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, Iván Castillo (coord.), 1993.

2 y 3. Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. https://twitter.com/GFdeVenezuela/status/1421573440604147717

5. Oscar Tenreiro, Todo llega al mar, 2020

6. Revista ARKETIPOS, nº1, 1984.

lunes, 24 de junio de 2024

REGLAS PARA DISEÑAR ESPACIOS PUBLICOS INNOVADORES/ARTICULO/CHRISTELE HARROUK

 11 reglas a seguir al crear espacios públicos vibrantes - Imagen 1 de 19

La Semana Internacional de Placemaking , presentada por Project for Public Spaces (PPS) es un evento inspirador y atractivo diseñado como una reunión global de placemakers de diferentes sectores para discutir ideas y compartir estrategias con el fin de impulsar el concepto de placemaking en la ciudad anfitriona y a nivel internacional. Las ediciones anteriores tuvieron lugar en Vancouver en 2016, Ámsterdam en 2017 y Chattanooga , Tennessee en 2019.

PPS, la organización sin fines de lucro detrás de Placemaking Week, ayuda a las personas a crear y sostener espacios públicos que construyen comunidades sólidas. En 1999, elaboraron “ Cómo cambiar un lugar ”, un libro que definió el movimiento de creación de lugares, creando una directriz de 11 principios a seguir para crear espacios comunitarios vibrantes.





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1- La Comunidad es la Experta

El punto de partida importante al desarrollar un concepto para cualquier espacio público es identificar los talentos y activos dentro de la comunidad: personas que pueden brindar una perspectiva histórica, conocimientos valiosos sobre cómo funciona el área, una comprensión de los problemas críticos y lo que es significativo. a ellos.

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Espacio público Tapis Rouge en un barrio informal de Haití / Arquitectura Vernácula Emergente (EVA Studio). Imagen © Gianluca Stefani

Espacio público Tapis Rouge en un barrio informal de Haití / Arquitectura Vernácula Emergente (EVA Studio)

Bajo el lema de construir “Una vida mejor en mi barrio”, Tapis Rouge es uno de varios espacios públicos en Carrefour-Feuilles, Haití, que genera espacios inclusivos multifuncionales, fomentando las interacciones sociales y apuntando a un entorno más seguro sin violencia ni crimen. . El programa y el diseño están orientados a la comunidad y se establecen mediante un enfoque participativo y el compromiso de la comunidad. Por lo tanto, este espacio público mejora el sentido de propiedad, identidad y orgullo de los residentes. La comunidad y los artistas locales incluso crearon coloridos murales, con diseños que surgieron de talleres de participación comunitaria.

2- Crea un lugar, no un diseño

Para convertir un espacio de bajo rendimiento en un "lugar" vital, se deben introducir elementos físicos para que las personas sean bienvenidas y cómodas. El objetivo es crear un lugar que tenga un fuerte sentido de comunidad y una imagen confortable, así como un entorno, actividades y usos.

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Superkilen / Topotek 1 + BIG Arquitectos + Superflex. Imagen © Torben Eskerod

Superkilen / Topotek 1 + BIG Arquitectos + Superflex

Superkilen es una versión urbana y contemporánea de un jardín universal. Compuesto por 3 entidades, el espacio urbano de media milla de largo, que atraviesa los vecindarios con mayor diversidad étnica y socialmente más desafiados de Dinamarca, es una exposición gigante de las 60 nacionalidades diferentes de las personas que habitan el área circundante. Los elementos del parque pueden variar desde equipos de ejercicio de la playa de músculos de Los Ángeles hasta palmeras de China. En realidad, la plaza roja integra mercado, cultura y actividades deportivas, la plaza negra es una sala de estar urbana y el parque verde incluye instalaciones deportivas y parques infantiles.

3- Busque socios

Los socios pueden ser instituciones locales, museos, escuelas u otros. Son fundamentales para el éxito futuro y la imagen de un proyecto de mejora del espacio público. Son invaluables para brindar apoyo y hacer despegar un proyecto.

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Amenidades Urbanas / Lote Deportivo / Ricardo Sanz Sosa & Rodrigo Marín Briceño. Imagen © José Alberto Bastidas

Amenidades Urbanas / Lote Deportivo / Ricardo Sanz Sosa & Rodrigo Marín Briceño

Servicios Urbanos o Amenidades Urbanas es un proyecto en el que muchos socios se unieron para crear la intervención. Lanzado por la Municipalidad de Caracas, en conjunto con la Misión Saber y Trabajo, la organización del Colectivo Pico, y con el apoyo de la comunidad organizada de la zona, el proyecto de rehabilitación urbana genera espacios públicos recreativos para el entorno social circundante. alojamiento. Durante el proceso, representantes de la comunidad eligieron con expertos el diseño inicial.

4- Puedes ver mucho con solo observar

Al observar cómo la gente usa o no los espacios públicos, quedará claro qué tipo de actividades faltan y cuáles podrían incorporarse. Además, cuando estos espacios estén construidos, seguir observándolos permitirá saber cómo gestionarlos y hacerlos evolucionar en el tiempo.

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Estructura de juego de cinco campos / Diseño de la materia + FR|SCH. Imagen cortesía de Matter Design + FR|SCH

Estructura de juego de cinco campos / Diseño de materia + FR|SCH

Los niños del vecindario siempre habían disfrutado de un patio trasero compartido en esta tierra común moderna de mediados de siglo. Esta estructura de juego surgió como una intervención tentativa para atender el uso público del terreno. Diseñado a principios de la década de 1950 por Architects Collaborative, el vecindario Five Fields se formó como un experimento para fomentar una comunidad mediante la creación de un terreno compartido. Los propietarios han cambiado a lo largo de los años, pero la comunidad y su cuidado y aprecio por las tierras comunes permanecieron.

5- Ten una visión

La visión detrás de un proyecto o espacio debe surgir de cada comunidad, para poder introducir un sentimiento de orgullo en las personas que viven y trabajan en el área circundante. Junto a esta idea viene el tipo de actividades a implementar y la imagen a transmitir.

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Parque Hussein Bin Talal / Strelka Architects + Strelka KB + Snøhetta. Imagen cortesía de Strelka KB

Parque Hussein Bin Talal / Strelka Architects + Strelka KB + Snøhetta

Considerado uno de los primeros espacios públicos contemporáneos en el Cáucaso ruso, el parque Hussein bin Talal en Grozny cuenta con una pista de patinaje, canchas deportivas, un parque infantil, áreas recreativas, un estanque, un anfiteatro y mucho más. En una zona conflictiva, la visión principal era eliminar los signos de destrucción y decadencia de los espacios públicos y crear para la ciudad un nuevo tipo de centro urbano que pueda atraer a residentes de diferentes edades, conectando la cultura nacional y la infraestructura moderna.

6- Empieza por las Petunias: Más ligeras, más rápidas, más baratas

La complejidad de los espacios públicos dificulta hacer todo bien al principio. Los mejores espacios experimentan con mejoras a corto plazo que pueden probarse y perfeccionarse a lo largo de muchos años, como asientos, cafés al aire libre, arte público, jardines comunitarios, murales, etc.

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Floración Urbana / AIM Arquitectura + CUESTIONES URBANAS. Imagen © URBAN MATTERS por MINI, CreatAR Images

Floración Urbana / AIM Arquitectura + ASUNTOS URBANOS

Urban Bloom es un experimento que transformó lo que solía ser un estacionamiento en un jardín urbano sostenible ideal, apoyándose en materiales reutilizados y reciclados. Apilados para producir un paisaje ondulado donde son posibles diferentes tipos de escenarios urbanos comunes, como reuniones informales, miniconferencias, asientos de teatro al aire libre, etc., los pallets de madera crean una plataforma que genera un jardín abierto y acogedor. El proyecto anima a los visitantes a explorar el espacio e interpretar su propósito a través de sus propias experiencias y necesidades.

7- Triangular

La triangulación, según Holly Whyte, es el proceso mediante el cual algún estímulo externo proporciona un vínculo entre personas e incita a extraños a hablar con otros extraños como si se conocieran. En un espacio público, la elección y disposición de diferentes elementos entre sí puede poner en marcha el proceso de triangulación, uniendo a las personas.

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¡Surgir! Mobiliario Urbano / LMN Arquitectos. Imagen © Trevor Dykstra

¡Surgir! Mobiliario Urbano / LMN Arquitectos

¡Surgir! El mobiliario urbano  se transformó durante dos semanas en el centro de Seattle durante el Festival de Diseño de Seattle, al introducir en las calles ocho módulos móviles que se pueden combinar para crear infinitas configuraciones capaces de formar espacios para sentarse o jugar. El proyecto, que genera interactividad en el entorno construido y estimula las calles comunes de la ciudad, fue realizado por LMN Architects, con sede en Seattle. El mobiliario urbano con muchas funciones posibles produjo un centro temporal para la conversación, el juego y el compromiso.

8- Siempre dicen "No se puede hacer"

A la hora de producir buenos espacios públicos es inevitable encontrar obstáculos, porque “crear lugares” no es un trabajo real que algunos profesionales puedan hacer. Con un proceso más complejo, las mejoras a pequeña escala que nutren a la comunidad pueden demostrar la importancia de los "lugares" y ayudar a superar los obstáculos.

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Unidad Común / Rozana Montiel | Estudio de Arquitectura. Imagen © Sandra Pereznieto

Unidad Común / Rozana Montiel | Estudio de Arquitectura

El proyecto de rehabilitación del espacio público de la Unidad Habitacional San Pablo Xalpa tuvo como objetivo transformar una “unidad habitacional sectorizada” en una “Unidad-Común”. Anteriormente, la unidad estaba dividida por muros, vallas y barreras que los propios habitantes habían construido, apropiándose del espacio público. Con una estrategia inclusiva, la gente se unió para contribuir al rediseño de su unidad y quitar las bardas, idea que inicialmente no era una opción para los habitantes. Diseñando con la comunidad, el proyecto implementa módulos equipados para diferentes actividades y un salón de usos múltiples, generalmente ocupado como biblioteca.

9- Función de soporte de socios.

El aporte de la comunidad y los socios potenciales, la comprensión de cómo funcionan otros espacios, la experimentación y la superación de obstáculos y detractores proporcionan el concepto de espacio. Aunque el diseño es importante, estos otros elementos le dicen qué "forma" necesita para lograr la visión futura del espacio.

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Parque Cinta Roja / Turenscape. Imagen © Turenscape

Parque de la Cinta Roja / Turenscape

Una Cinta Roja de 500 metros recorre este parque de Qinhuangdao, integrando las funciones de iluminación, asientos, interpretación ambiental y orientación. En contraste con el fondo de terreno natural y vegetación, pero con un diseño minimalista pero vívido, el proyecto tuvo el desafío de preservar los hábitats naturales a lo largo del río y al mismo tiempo crear nuevas oportunidades para la recreación y la educación ambiental. El proyecto demuestra cómo una solución de diseño menor puede lograr una mejora espectacular en el paisaje.

10- El dinero no es el problema

Una vez establecida la infraestructura básica de los espacios públicos, los elementos que la harán funcionar como vendedores, cafés, flores y asientos no son costosos. Además, cuando hay personas involucradas en el proceso, el costo se considera mucho más amplio y, en consecuencia, no es significativo en comparación con los beneficios.

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Parques infantiles para niños refugiados en Bar Elias, Líbano / CatalyticAction. Imagen cortesía de CatalyticAction

Parques infantiles para niños refugiados en Bar Elias, Líbano / CatalyticAction

CatalyticAction ha diseñado y construido un parque infantil en una de las escuelas desarrolladas dentro de los asentamientos de refugiados, involucrando a los niños durante todo el proceso y permitiendo que la estructura se desmonte, transporte y vuelva a montar o reutilizar fácilmente. Este proyecto busca desafiar esta noción y ampliar el alcance de lo que se considera necesario en situaciones de emergencia y cuestiona la definición de un patio de juegos en una respuesta de emergencia. El proyecto proporciona instalaciones de juego y anima a estos niños a diseñar ellos mismos el parque infantil.

11- Nunca terminas

Las comodidades se desgastan, las necesidades cambian y suceden otras cosas en un entorno urbano. Estar abierto a la necesidad de cambio y tener la flexibilidad de gestión para implementar ese cambio es lo que construye grandes espacios públicos y grandes ciudades y pueblos.

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Nube Verde / ZHUBO-AAO. Imagen © Yang Xu

Nube Verde / ZHUBO-AAO

Green Cloud es un método de renovación que tiene como objetivo mejorar la capacidad de gestión del agua de lluvia y proporcionar un espacio verde y cómodo para los residentes. Esta idea, fácilmente copiable, hace uso de una gran cantidad de tejados que tienen potencial para ser reconstruidos. La iniciativa creó zonas de actividades culturales, donde se introducen espontáneamente nuevas actividades, lo que hace que el proyecto esté en continua evolución.

Nota del editor: este artículo se publicó originalmente el 6 de noviembre de 2019 y se actualizó el 1 de febrero de 2021.AUTOR CHRISTELE HARROUK

HELICOIDE/REUTILIZACION ADAPTIVA/DIRK BORNHORST+PEDRO NEUBERGER/ARTICULO

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